«La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios» Stephen Hawking.

Vamos a ir adentrándonos en un aspecto fundamental para el entrenamiento integral del portero, como es la educación emocional; vamos a comenzar explicando los conceptos más básicos, para poco a poco ir adquiriendo mayores conocimientos que tendrán una continuidad más adelante, en la que desde una visión más científica, veremos la relación tan estrecha que existe entre cuerpo y mente y analizaremos como reaccionamos en base a lo que pensamos.

Partamos de la base de que una emoción es una información, que proviene de nuestro pensamiento y nos habla sobre lo que sentimos en un momento determinado.

Las emociones forman parte de nuestra vida en el día a día, sea cual sea la situación que estemos viviendo, tanto si dichas emociones son importantes para nosotros, como si nos genera un menor impacto. En ocasiones pasarán casi inadvertidas y en otras nos podrán llegar a dejar bloqueados; pero siempre tendremos emociones y por consiguiente, la manera en la que manejemos esas emociones, condicionará nuestra vida.

No es fácil encontrar una única y concreta definición sobre la educación emocional; somos partidarios de intentar definirla como una coordinación de herramientas y procesos formativos, que de manera permanente facilitan el aprendizaje de una serie de habilidades emocionales que contribuyen al crecimiento integral de la persona, generándole una mayor calidad de vida

Si lo trasladamos al ámbito del portero y utilizamos un ejemplo, veremos que no son iguales las emociones que nos genera el hecho de que se nos pueda escapar un balón en un blocaje, si ocurre en una rueda de disparos a puerta, en el transcurso de un entrenamiento, o si sucede en el minuto dos de un partido importante.

Por tanto, estaremos de acuerdo, que las emociones que sentimos en un momento determinado nos pueden condicionar el rendimiento en la portería; por tanto, seguiremos estando de acuerdo, que la gestión y el tratamiento de esas emociones, nos puede llevar a ser un «preso» de las mismas y generar sensación de fragilidad, o por el contrario nos ayudará a crecer cada día, en los entrenamientos y en la competición y nos hará destacar y sobresalir sobre el resto de porteros de nuestro entorno y competencia, otorgándonos una reputación de «portero con mucha fuerza mental» que arrastra al equipo a ser competitivo; por tanto, nos estará convirtiendo en un portero deseado y todo esto, tiene mucho que ver con posteriores asuntos que iremos abordando, como por el ejemplo, el liderazgo en el portero.