“No hay victoria sin sufrimiento” J. R. R. Tolkien.

La tan temida suplencia para el portero siempre ha supuesto una frustración para todos los que nos hemos puesto los guantes.

Se siente una mezcla de rabia, miedo, incluso desconfianza hacia uno mismo y por supuesto, mil preguntas…

¿Por qué no me pone? ¿Qué ve en mi compañero que no ve en mí? ¿Cuánto va a durar esta situación? ¿Merece la pena que me siga esforzando tanto cada día? ¿No sería mejor cambiar de equipo? ¿Sirvo para ser portero? y otras muchas que nuestra propia mente empieza a fabricar en el momento en el que no estamos en el ONCE INICIAL.

Y digo once inicial con mayúsculas porque se han dado muchos casos en los que un portero ha trabajado bien durante la semana pero no se ve de inicio en el equipo y se desconecta del mundo real para introducirse en el suyo propio y utiliza el tiempo del partido para jugar uno con su propia mente; sin embargo ha tenido que actuar por algún motivo y ha salido desenchufado, desconcentrado y eso le ha provocado tener malas sensaciones en la portería y en el peor de los casos, una actuación deficiente, lo que le puede llevar a prolongar la suplencia en el futuro.

Fijaros… la suplencia hoy en día no tiene que ver nada con la suplencia de hace años, en los que había en todos los equipos un titular indiscutible y por tanto una suplente indiscutible… el suplente no jugaba ni copa y si acaso amistosos en la segunda parte, porque el titular era titular en todo y el segundo parecía que era de segundo nivel dentro de la plantilla, casi ni se le conocía.

Hay casos en España de porteros eternos suplentes que o han cambiado de equipo o han tenido minutos con más de 30 años al «jubilarse» el portero titular si era mayor que el suplente.

 Hoy en día son muchos los entrenadores que hablan de sus tres porteros por igual y no menos los casos de equipos en los que la portería alterna, no solo en diferentes competiciones, si no en la propia liga.

No es el momento de que entre a valorar esos criterios, pero sí de deciros que la suplencia nunca es para siempre y de la misma forma, a los titulares les digo que tampoco el salir de inicio es para siempre; por tanto, hay que estar preparado para ser titular y gestionar esa situación, pero también para gestionar la suplencia y para los que ya me conocéis, sabéis que el término que utilizo muy a menudo, es perfecto para este caso y no es otro que el TRA TRA… es decir, tranquilidad y trabajo a partes iguales.