“El fútbol es el vehículo perfecto para educar emocionalmente al portero como persona”  Kiko Vegas.

En la actualidad no tenemos constancia de que exista una formación específica y reglada sobre la educación emocional, a pesar de que, como hemos visto anteriormente, es muy relevante la importancia que tiene para el desarrollo de cualquier actividad en la vida y concretamente en la formación del portero. Desde los dos años ya se puede empezar a entrenar la gestión de las emociones y es muy recomendable iniciar este proceso de enseñanza cuanto antes.

No cabe duda que esta educación forma parte del desarrollo integral de la persona, no solo ya desde el punto de vista emocional, sino a nivel social y ético, pues son varias las consecuencias que se generan de este entrenamiento, tales como una buena gestión del autocontrol, la disciplina y el autodiálogo, siendo estas, algunas de las más potentes armas de nuestro pensamiento.

La mayor parte del día estamos hablando con nosotros mismos, lo que podemos denominar como comunicación interna. En el caso del portero, si calculamos el número de pensamientos relacionados con el fútbol, que tiene durante un entrenamiento, jugando un partido, incluso durante el resto del día y la cantidad de emociones que estos pensamientos producen, llegaremos a la conclusión, que dependiendo de cómo sea la calidad de esos pensamientos y como se gestionen, se generará un estado de ánimo u otro; por tanto, podemos decir que una de las facetas más importantes para el rendimiento deportivo óptimo de un portero es su comunicación interna, es decir, como se hable a sí mismo.

Timothy Gallwey, en su más que recomendable libro “El juego interior del tenis” llega a hablar de los dos “yoes” y explica que un “yo” da las órdenes y el otro “yo” las ejecuta.

Si un portero tiene repetidos pensamientos de miedo a cometer errores, en la fase previa a la competición o a entrenamientos importantes, estos pensamientos le llevarán a padecer ese miedo, lo verá como algo real y se lo acabará creyendo; experimentará emociones en ese sentido y fabricará por tanto, más pensamientos de miedo a cometer errores, convirtiéndose esta situación en un círculo vicioso y casi con toda seguridad afectando a su rendimiento en el juego. Por el contrario, si el pensamiento que tiene ese mismo portero es positivo sobre sus cualidades y su potencial, ¿Cómo serán sus emociones? De la misma manera que en el ejemplo anterior, en este caso se acabará creyendo que es un portero que está capacitado para cumplir con su labor dentro del equipo, tendrá la ilusión por seguir mejorando cada día, sentirá emociones en ese sentido y le llevarán a fabricar pensamientos en esa línea, que también acabarán afectando a su juego, pero esta vez, de manera positiva. Las emociones bien gestionadas, en su mayoría, deben generar fuerza para enfrentarse a las frustraciones.

En definitiva, lo que piensas te puede llevar a sentir permanentemente de una manera determinada y convertirse en tu realidad, serás el resultado de tus pensamientos; por tanto, se puede afirmar, que el portero que sufre por sus propios pensamientos, si estos son negativos o destructivos, está en el camino equivocado.

Esta temporada he tenido la oportunidad y el privilegio de conocer a un portero con unas cualidades físicas, técnicas y tácticas de alto nivel, que tuvo la oportunidad de debutar muy joven en primera división y que esa misma temporada disputó partidos importantes cumpliendo muy correctamente con su cometido. Las circunstancias del fútbol le han llevado, varias temporadas después a la situación nada agradable, de ser suplente en un club de segunda división B y sin embargo, más allá de su profesionalidad en el trabajo diario como portero, ha sido su educación emocional y la forma en la que sus pensamientos y emociones le han hecho entender su situación y positivizarla, los que han conseguido en gran medida alcanzar la titularidad y convertirse en un pilar del equipo.

Para aquellos porteros que estén en un período de su vida y de su carrera deportiva, en el que los pensamientos y las sensaciones le estén haciendo pasarlo mal, desde aquí, les decimos que ya pueden estar tranquilos porque todo esto se entrena y tiene solución. Será este un buen momento para adentrarse en el autoconocimiento, desde la reflexión y la tranquilidad para conseguir esos cambios a nivel emocional que les hagan sentir mejor y observar cómo afectan muy positivamente en su rendimiento; en definitiva, depende de uno mismo y para gestionar correctamente las emociones, es suficiente con todo lo que hay dentro de cada uno de nosotros.