“Todo lo que quieres en la vida está en fuera de tu zona de confort”.
Robert Allen
Cuantas veces hemos escuchado estas frases: “No creo que pueda”, “No se si me va a salir bien”, “No estoy seguro de conseguirlo”, etc. ¿Son objetivas todas estas afirmaciones? Seguro que no, entre otros motivos porque por la construcción de las frases, ni siquiera lo han intentado.
Se habla mucho sobre mantenerse o abandonar la zona de confort, con opiniones tanto a favor, como en contra. Creo que, en el ámbito del deporte, en el fútbol y en el portero en concreto mantener una actitud conformista es el principio del fin.
La competición lleva implícita aspectos fundamentales como la mejora continua, el desarrollo de competencias, el esfuerzo por conseguir la victoria en un partido, trabajar cada día por ser el portero elegido para ser titular en el próximo compromiso, etc. por tanto, veo ineficaz una mentalidad de acomodamiento para conseguir tales objetivos.
Uno de los principios de la mejora es conocer cuales son las limitaciones que tenemos en nuestro juego y para ello es necesario contar con las personas idóneas de nuestro entorno, que son las que nos ayudarán a tener un claro concepto de mi perfil como portero y mis carencias en el plano técnico, táctico, físico y mental.
A partir de este conocimiento y de tomar consciencia de las mejoras necesarias para alcanzar los objetivos que nos proponemos como porteros, es fundamental aplicar las herramientas necesarias para conseguir tales propósitos y ahí es donde estoy seguro que necesitamos abandonar la zona cómoda y entrar en terrenos desconocidos, que pueden provocarnos vértigo y rechazo de entrada, pero que una vez se vayan haciendo familiares y dependiendo de como sea nuestra predisposición, se pueden convertir en grandes virtudes, que en su día ni nos podríamos imaginar.
Pero también es cierto que es fundamental conseguir un equilibrio entre lo que debo y quiero mejorar y el como hacerlo. Es fácil caer en la mayor de las frustraciones si vemos que lo que pretendemos alcanzar no llega o no de la formar que tenemos en mente desde que nos lo propusimos y esto tiene varias lecturas; por un lado puede ser que los objetivos no hayan sido realistas a la hora de plantearlos, también puede ocurrir, sobre todo en las generaciones más jóvenes, que queremos ver resultados enseguida y por último, se puede dar la circunstancia que no estemos utilizando los recursos y las herramientas idóneas para conseguir los referidos objetivos.
En cualquiera de estos casos, lo idóneo es volver a analizar y evaluar, porque no son pocos los porteros, que con el ánimo de mejorar y sin pararse a evaluar, caen en el sobre entrenamiento, pensando que directamente es la solución, sobre todo en los casos de porteros con un alto nivel de autoexigencia y esto puede no solo llevar a la frustración, sino a resquebrajar los cimientos de sus valores como portero y poner en duda absolutamente todo y en casos extremos conduciéndoles al abandono del fútbol o incluso a la depresión.
Por tanto y para concluir, mi recomendación es la siguiente: Abandonar la zona de confort con una evaluación y análisis previos y una planificación de mejora que contemple las herramientas, los tiempos y mecanismos de control sobre los previsto.